C-IQ promueve conceptos y prácticas para trabajar sobre lo que Judith Glaser denomina "inteligencia conversacional” detectando, desde el aporte de las neurociencias, el momento de contacto que puede determinar el éxito o el fracaso en las interacciones y las conversaciones. Esta metodología nos habilita a reconocer como aprender la manera de construir rituales poderosos en cada una de nuestras interacciones, con el objetivo de alcanzar el éxito mutuo. Como experiencia, implica embarcarnos en conversaciones compartiendo y descubriendo otras perspectivas, viviendo el impacto que va más allá de las palabras e identificando las emociones en juego. Se utilizan herramientas para reconocer el proceso de pensamiento por el que atravesamos, usualmente sin darnos cuenta, para ir de un hecho a una decisión o acción, poniendo a prueba suposiciones y conclusiones.
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